Los instintos y el arte de la paz – Parte II

Por: Francisco Manrique.

 Ver: Los instintos y el arte de la paz – Parte I.


En la realidad colombiana, se ha impuesto entre los dirigentes políticos, la teoría de “quién no está conmigo, está contra mí” , basada en el instinto de “ellos y nosotros”. Esta posición dividido la sociedad en dos en las pasadas elecciones hace dos años.

La dinámica de las relaciones de adversarios, entre Santos y Uribe, es otro ejemplo excelente del instinto de detestar y castigar a quien se considera un traidor. En este caso, Uribe no le perdona a Santos por haberlo “traicionado”, quebrándole sus huevitos de la ” seguridad democrática”. Su rechazo tajante a reunirse con Santos, ante la invitación que este último le hiciera hace unos días, es otra manifestación, de las muchas que hemos sido testigos asombrados, que muestra la dinámica descrita por Halvonson. Y los resultados están a la vista.

Los desplazados, y los emigrantes, son otro ejemplo patético de las consecuencias de este instinto. Éstas personas se les rechaza porque son percibidos como “ellos “. La respuesta, que se está viendo en la GB con motivo del resultado del referéndum, es otra evidencia muy contundente, de cómo este instinto ha puesto a este país al borde del abismo, utilizando el peligro de los emigrantes como argumento que despierta unas reacciones muy destructivas en la sociedad.

En el caso mencionado, mentir, desfigurar los datos, usar los insultos y la descalificación del otro, demuestra que la ética fue la gran sacrificada en lo que ha debido ser un debate muy serio sobre el futuro de la GB. Y esta es una realidad que está presente en muchos entornos en el mundo actual. Lo sucedido en Europa, permite entender que, el instinto de “nosotros versus ellos”, es muy poderoso y está presente en muchos espacios de nuestras vidas, como las escuelas, la comunidad y en el lugar de trabajo.


Colombia paz farc

AFP PHOTO / Luis Acosta


Hay una realidad práctica que debe ser entendida: la paz no se puede lograr usando comportamientos anti éticos . Una frase que cae como anillo al dedo en el momento actual en Colombia: los engaños ganan guerras pero no funcionan en la construcción de la paz. Por esta razón, los comportamientos éticos que deben de tener las partes, son fundamentales, y deben de ser un componente de las habilidades y las herramientas que se utilizan para conseguir la paz. Es la única manera de construir confianza para poder sostener los acuerdos entre los grupos que están en el proceso.

Un mensaje fundamental: no se pueden utilizar las mismas habilidades y juegos de valores que son necesarios para ganar la guerra, para poder conseguir la paz. Este punto se lo deberían enviar al ex presidente Uribe. Sin este entendimiento es muy difícil que el proceso sobreviva.

Como corolario de lo anterior, Halvonson menciona que, la paz no se puede basar utilizando la traición, la duplicidad y la deshonestidad, porque estos son comportamientos que siembran la semilla del fracaso y de la continuación del conflicto. Lo único que si habría logrado es una tregua muy frágil, cuyas consecuencias posteriores serán cada vez más difíciles de manejar.

No es fácil hacer la transición, de un entorno, donde estos comportamientos han marcado la relación entre las partes, a otro, donde se haga todo lo contrario. Por esta razón, los procesos de paz necesitan de un sistema de creencias muy distinto, y estar anclados en unos compromisos claros por parte de todos, que hagan que la duplicidad sea innecesaria y peligrosa. Esto requiere de unos cambios personales muy profundos, más allá de los cambios formales, plasmados en las páginas de un acuerdo de paz.

En este contexto, la paz necesita ser un valor, a la vez que una estrategia y una forma de vivir que permita defenderlo de una manera no violenta. Esta posición tiene que estar anclada en la creencia de que es un tema bueno para todas las partes. En Colombia va a costar mucho trabajo, porque construir relaciones y negociaciones, a partir de la idea de ganar- ganar, no está en nuestro ADN. Y esto es una tragedia.

También hay que entender, que si este tema no es claro y se maneja de manera abierta, rápidamente va hacer leído por la contraparte, lo cual se va a interpretar como una violación a los acuerdos conseguidos. Éstas personas se van a sentir engañadas y traicionadas. La traición es un sentimiento que puede ser altamente destructivo en un contexto de conflictos entre grupos, lo cual genera reacciones violentas más adelante. La tentación automática, es la de la venganza que no es dulce, sino que puede ser sumamente costosa para todo el mundo, como lo menciona Halvonson .

La venganza parece que es el motor que mueve a Uribe contra las FARC, como también contra Santos, a quien acusa de haberlo traicionado, como ya lo dije. Y recordemos, que este es uno de los instintos mencionados por Halvonson. Este comportamiento, personificado por un jefe político como Uribe, tiene y seguirá teniendo, un gran daño para el país.

Un mensaje muy importante para un proceso de paz, es que no es suficiente terminar con la violencia y el derramamiento de sangre. Es fundamental resolver los temas que están en el corazón de lo que creó el conflicto. Hay que reconocer que hay situaciones reales que hay que confrontar, pero también, entender que los instintos pueden explican las dinámicas que frenan estos esfuerzos.

Por todo lo anterior, se puede afirmar que, la historia de una nación, está definida por este juego de instintos que definen el comportamiento entre los grupos, y la capacidad de sus líderes de entender las dinámicas que se generan. En su rol, estas personas, tienen una inmensa responsabilidad ante sus comunidades, porque uno de los instintos del ser humano, es seguir a sus líderes. Si estos se dejan llevar por los instintos destructivos, se generan consecuencias muy negativas con resultados nefastos para todos.

Por último, tener presente los instintos mencionados, es un tema fundamental para poder construir un entorno de paz, que como un rompecabezas, se arma pieza a pieza y de manera paciente en el tiempo. Esto debe ser un proceso intencional, en cada uno de los contextos donde la gente interactúa, para hacer lo que se necesita y lograr los resultados buscados.

En próximos Posts seguiré usando las ideas y reflexiones de Halvonson, para poner mi granito de arena para la compresión de la compleja etapa que se inicia, firmados los acuerdos en la Habana. Como creo que es evidente, la comprensión de cómo actuamos los seres humanos, va a ser más crítico, que los compromisos bien intencionados que se hagan.


 

One Response to "Los instintos y el arte de la paz – Parte II"

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