Elevar a niños y jóvenes de la pobreza hacia mejor vida

Por: Roberto McCausland.

El mentor en  el  proceso musical  y su utilización como medio de elevar a niños  y jóvenes de la pobreza hacia  mejor vida.


Música es lenguaje artístico social, humano primal: el suceso en música equivale a suceso en  la vida. En escuelas de medicina como   Case Western University y Cleveland Clinic, el porcentaje de médicos con educación musical previa, en comparación entre todas las disciplinas, es el mas alto. Sobre música,  Einstein es un gran ejemplo- Albert aprendió de niño y no  dejo de practicar  violin a lo largo de su vida, siempre manteniendo una relación intima con la disciplina y la ejecución.

El proceso musical  y su utilización como medio para elevar a niños y jóvenes de la pobreza hacia  mejor vida e  independencia  empezaron en  conservatorios musicales en las clínicas, hospitales y orfanatos en Italia. El éxito y la buena obra de compositores como Vivaldi, logro fama por medio de sus disciplinados ensambles de “conservatorios”, y en tiempo fueron emulados en otras países. Hoy día en muchas  de las escuelas Montessori, a universidades y sinfónicas profesionales, existen programas con el singular objetivo de asegurar a niños, niñas, jóvenes sin recursos de acceso al mejor entrenamiento en  el arte musical.

Música, medicina y los primeros conservatorios-  ´sistemas´ sociales seculares   guiando niños, niñas, jóvenes y huérfanos hacia  mejor e independiente vida (aunque relación data por lo menos de la Grecia clásica) –  institucionalmente empezaron en el Venezia y Nápoles del renacimiento. El proceso educacional musical requiere al comienzo la enseñanza del lenguaje auditivo, y luego entrenamiento  suficiente para asegurar la habilidad necesaria en la ejecución creando el buen auto estima. Para esto, lo mas importante es un  guía o mentor(a) que sepa ´enamorar´ a los jóvenes del lenguaje musical, dándoles objetivos y guía por medio de el buen ejemplo, emociones positivas, entusiasmo, y formando parte en el desarrollo social. En Venezuela el ´sistema´ es un apoyo educacional musical y social en música hacia una mejor vida. Un ´conservatorio´ moderno en términos del renacimiento Italiano.

La siguiente nota es un recuento de como un mentor con experiencia, paciencia, amor y pasión, guía a un niño luego joven de manera sutil, y ejemplar al buen éxito en música y en la vida en general.

En el Día del Padre, y del Abuelo:

La importancia de los Abuelos en el Caribe Colombiano

A los cinco años de edad, al oír melodías,  acordes de guitarra, canciones en la radio, luego reproduciendo ´al oído´ y en la clave,  comente  la decisión de que música sería lo que haría de por vida. En lugar de buscar instrucción formal, para evitar el posible desencanto con el proceso formal,  el acosador  ´trajín´ de la época, y dar   tiempo a la muy posible des ilusión,  en casa dieron indicaciones básicas sobre cómo tocar el piano.  Instrucciones exactas y perfectas, con   las cuales felizmente pude ejecutar, canciones simples, y componer improvisaciones no posibles de reproducir similarmente. ¡Ah!, quijotesca y ensoñadora tranquila alegría durante estos años primordiales  de crecimiento en Barranquilla, en donde los amigos, familia y la comunidad convergían- inconmensurable!

El tiempo dedicado al descubrimiento musical tardo poco en manifestarse en interés total, tanto que la   naciente ‘seriedad artística’  provoco cierto pánico familiar. En reacción a la joven ´atracción artística´, llamaron al abuelo -Don Carlos Dieppa- a que tomara parte en la educación ´practica´ del joven niño. Es decir, por medio de ejemplo, la disciplina, el trabajo, esperaban que el abuelo despertara un nuevo ‘interés’ en  el cual  el nieto  consumiera  su  tiempo y energía.

Dicho, y Cumplido. Don Carlos recogía al nieto a las siete de la mañana en punto, los sábados, vacaciones disponibles o días libres, y a ´trabajar…. ´  El abuelo o como le decíamos ´abuelito´, ejercía gran constancia, curiosidad, planeación, y ejecución. Con su guía paternal, las órdenes de utilizar ´overoles caqui’, la entrega en un ´petit´ sobre marrón -pago de acuerdo a buen suceso-, eran cumplidas a  ´suma letra de la orden´: todo para que  su nieto aprendiera y entendiera el buen  significado del ‘compromiso’. Para la  buena ejecución, Don Carlos puso a uno de sus confiables y mejores jefes, Juancho Rada, encargado del encargo .. y.. Tardaron poco, el abuelo y nieto, a darse cuenta de cuanto gozaban  de la mutua compañía!

Siempre, Don Carlos Dieppa Delgado,  muy atento, pedía  que durante los descansos y el almuerzo le llevaran al nieto a saber el detalle del día. Luego, si era un Sábado, después del trabajo, el almuerzo en casa Dieppa y visitas especiales- familia, artistas, escritores, poetisas y músicos prominentes. Si ´trabajábamos´ durante la semana, después llegar a su casa de la fábrica y el taller,  la sesión de música.

Beethoven  más que  nadie , era el personaje predilecto. El abuelo era un clásico hasta en la manera de comer, Y con la sensación de tener la orquesta y tal vez el solista dentro de su sala- no había momento aburrido. El abuelito Carlos amaba apasionadamente la música´: un equipo  de sonido con todos los mejores amplificadores,  parlantes -tan altos como una persona de pie- detrás,  un  Steinway b modelo 1880. La ´aparateria´ (como llamábamos el estéreo),   insuperables en cualquier parte del mundo contemporáneo,  sonaba sin descanso.

´La buena música hay que escucharla lo más fuerte posible…´ y en total seriedad, decía el abuelo.

La buena suerte, los vecinos o les gustaba la música o simplemente no querían protestar ante tan impresionante ruido organizado-me imagino.

La entrada principal discreta y sin presunción,  por dentro, la       ´fabrica´   impecablemente organizada. Para un niño un mini-Disney. Máquinas ´mágicas´ donde láminas de plástico  con un  soplo de aire caliente, se convertían interiores  de neveras. En otra sección,  enfriadores de botellas vacíos en fila india ideales para jugar dentro, y construir ´mini-ciudades´ juveniles.   Luego  un personaje con careta y guantes, vestido  de pies a cabeza   disparando  un revolver, conectado a barriles metálicos de pinturas,    hacia cascarones de metal. (Refrigeradores, neveras, acondicionadores de aire antes de ser equipados) Ese  era el  trabajo que quería!

¡A!, la hora de comenzar, en  sistemas eléctricos: planos, mapas correspondientes a cables,  mesas metálicas, armadores de electrodomésticos, esfuerzo en sección coordinado en conjunto  y  al final, Rada revisaba. Callados y concentrados, aprendí sobre el ´capitán´, Lucho Bermúdez y su rendimiento de la ´Pollera Colora´ virtuoso al clarinete clásico y caribe; Pachito el   ´ intrépido´, sobrenombre cariñoso a Galán (tuve contacto con él y su orquesta); los ´Boys´, Billo´s Caracas  y el ´Caimán´, de los mejores ensambles del mundo musical internacional sin alguna duda; en tiempo, Escalona con su ´Casa en el aire´ y  mucho más.

Pero, los cuerpos se elevaban,  la concentración y la  presencia en el presente conjuraban mano a mano  con el delicado trabajo cuando Anacaona, el ´Cheo´ y la Fania sonaban. De todas, el tiempo pasaba rapidísimo,  al sonar el pito del medio día, la rapsodia en azul de Gershwin, el noticiero de Marcos Pérez comenzaba, en ese momento Silvera y Cantillo lideraban  el camino hacia el almuerzo con el Abuelo; el reporte de la mañana empezaba. Muy  discretamente Juancho dejaba el radio a medias    sonar, porque en Barranquilla  trabajo con música equivale a una musa y  jornada productiva.

Y, con overoles, el calor del medio día  la legendaria hora del almuerzo y la siesta- el abuelo siempre decía:

´Hay que comer menos, para vivir más´….

 Les cuento: como su casa, la biblioteca, el cuarto y la fábrica, la servilleteria , cubiertos, los vasos y las comidas,.. Impecables…! En organización clásica, la compañía y conversación siempre con buen trato de  joven adulto, música, jornales sobre el futuro,  ciencia, cohetes, el espacio y, buena energía.

Si ‘trabajábamos’ durante la semana, regresábamos a las siete de la  noche. Tiempo especial,después de la comida,  en  sillón con su dedito de ´whiskisito´ -Beethoven ‘ Il forte´, las sinfonías Otto Klemperer ,  conductor, sus  predilectas:   tercera, quinta, sexta,  novena,  y siempre se hacía tarde, el nieto se dormía. Los sábado en la tarde,  a veces mientras el mantenimiento casero ocurría, el ´emperador´, el cuarto concierto para piano- Beethoven, las primeras grabaciones de Barenboim- transcripción  concierto para violin en re- y  las sonatas :  Wilhelm Kempf al piano. En la  biblioteca el  abuelo tenía todas las partituras de las sonatas y los conciertos  en colección. De la primera sonata  dedicada a Haydn, las tres  ´grandes ´: ´Patética´, ´ Claro de luna´, ´Appassionata´; luego los Adioses´, la ´Pastoral´ y hasta la op. 111, tanto como, ´Anacaona´ en la fábrica, formaban parte del repertorio del día. A los años pasar, y tomar a Beethoven formalmente, luego grabarlas, simplemente repetí, lo que aprendí, con el abuelo Carlos y su grata compañía.

´Lo que no se aprende a temprana edad no se aprende bien!’

Decía el abuelo Dieppa: entonces a los nueve años la orden, aprender a manejar o conducir autos. No sé si por carro llegó a Barranquilla de su  Valencia (Venezuela) natal, pero  comenzamos los sábados con el ´cola de pato´ (Lincoln Zephyr convertible 1936/39) ´deportivo’, y, después de varios ensayos y ejes descompuestos, un CJ Willis  con gobernador,  licencia ´Dieppa´ especial -el vehículo del nieto querido. Luego, las indicaciones que él le parecía indispensables para el buen trato del género opuesto, presumía que de otras no las sabría: realista, franco, cándido, y con mucho humor, sus indicaciones  fueron bien recibidas.

Con frecuencia, los que se acuerdan el rito de la compra de,  LP´s y el arte  en las carátulas:  Rafael  Ońoro, visitaba  con las mejores  ediciones: Stravinski, Bartok, Wagner, Mahler y Gershwin; Benny Goodman, Duke, Count, Sinatra, Errol Garner; Beatles, Santana, Armstrong  y Art Tatum. El escogía los de su medio, y como el envío de ´Betsy´, un Collie distintivo por su bondad, a casa McCausland el jazz y rock ‘n’ rol, en donde todo lo contemporáneo fuese colores, comidas, modas o sonidos-  todo en auge bien deseable.

Y así pasé de los seis a los catorce años y medio. Cuando el turno le toco al cariñoso abuelo del largo descanso a donde todos vamos, Beethoven, el piano, la orquesta, la disciplina, el clasicismo elegante; cuando toco, compongo, dirijo y manejo, miro a mi mujer; en triunfo o desastre, contento o descontento, cargo conmigo esa sonrisa ´picara´ del abuelo, su voz y su consejo, “no des tu vida por un plato de comida”, y, “si te comprometes lo haces, pase lo que pase”.

A mis amigos: que aprendamos por medio de las positivas buenas  experiencias,  la sabía sabiduría nuestros abuelos. Y que continuemos pasando el legado.


De izquierda a derecha, de segundo Yehudi Menuhin (uno de los violinistas de renombre mundial), tercero grupo de frente, Carlos Dieppa Delgado, y su asistente.

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