Crece la presión por aplicar los ambiciosos objetivos del acuerdo sobre el clima

El acuerdo de París, ratificado el sábado por China y Estados Unidos, fijó un marco muy general para luchar contra el calentamiento global con una serie de objetivos, en ocasiones difusos, cuyo proceso de ejecución tendrá que acelerarse.


Presidente de la China, Xi Jinping, Barack Obama junto a Secretario Generla de la ONU, Ban Ki-moon. AFP PHOTO / POOL / HOW HWEE YOUNG

Presidente de la China, Xi Jinping, Barack Obama junto a Secretario Generla de la ONU, Ban Ki-moon. AFP PHOTO / POOL / HOW HWEE YOUNG


OBJETIVOS

La comunidad internacional se ha comprometido a limitar la subida de la temperatura “muy por debajo de los 2ºC” y a “continuar los esfuerzos” para alcanzar la meta de los 1,5ºC.

La mención de “1,5ºC” ha sido un combate de los países pobres y los estados insulares, los más expuestos al cambio climático. Pero los expertos dudan de su viabilidad.

Para no superar los 2°C, el GIEC, la autoridad científica de referencia sobre el clima, considera que habría que reducir las emisiones como mínimo entre el 40% y el 70% antes de 2050.

La dificultad viene también de que no existe un objetivo obligatorio por país: el acuerdo indica solamente que los países buscan una “limitación de las emisiones en el plazo más corto posible” y “reducciones rápidas a continuación”.

Para encontrar un equilibrio entre emisiones y absorción de gases de efecto invernadero hay dos corrientes: quienes apuestan por el fin de las energías fósiles y quienes abogan por desarrollar la técnica de captación y almacenamiento de CO2 para poder explotarlos.

REVISIÓN DE LOS COMPROMISOS NACIONALES

De 195 países, 189 han anunciado medidas para reducir sus emisiones antes de 2025 o 2030: esos compromisos evitarían la subida de entre 4ºC y 5ºC en el planeta si no hubiera políticas climáticas, pero pondrían al planeta en la peligrosa trayectoria de alcanzar los 3ºC. De ahí, la necesidad de revisar al alza los compromisos nacionales.

Se ha previsto un balance colectivo, voluntario, de las acciones que se tomarán en 2018. Las oenegés exigen que se trate de una verdadera reunión política y que los países revisen al alza sus compromisos a partir de 2020.

Aún así, la primera revisión está prevista para 2025, una fecha demasiado tardía para respetar el objetivo de los 2ºC. Sin embargo, se realizará un primer balance de las acciones a poner en marcha en 2023.

Los países tendrán que comunicar antes de 2020 su estrategia para disminuir sus emisiones de carbono con horizonte en 2050.

TRANSPARENCIA

El acuerdo de París prevé que los países se atengan a las mismas reglas de inventario de sus emisiones y de sus acciones, aunque está prevista una cierta flexibilidad según la capacidad de los países.

La transparencia concierne a la ayuda financiera a los países del sur por parte de los países del norte, que “deben rendir cuentas de su apoyo cada dos años”.

AYUDA FINANCIERA

En 2009, los países ricos habían prometido que su ayuda aumentaría hasta los 100.000 millones de dólares por año en 2020 para financiar la transición energética. El debate sobre las ayudas sigue abierto y estará en el orden del día de la COP22 de Marrakech de noviembre.

El texto establece los 100.000 millones de dólares sólo es un mínimo anual y que se debería fijar un nuevo objetivo antes de 2025.

Se apuesta asimismo por un equilibrio entre la adaptación (al impacto del calentamiento) y la atenuación (reducción de las emisiones). Según la OCDE, solo se destina un 16% de las ayudas a la adaptación.

Además de los países desarrollados, se ha pedido a varios emergentes (como China, Corea del Sur o Singapur) que aporten un apoyo financiero. AFP


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