Canadá se salva de tragedia aérea por tormenta de nieve

Un avión Airbus A320 de Air Canada, que estaba por tocar suelo el domingo en el este de Canadá en medio de una fuerte tormenta de nieve, golpeó una red de antenas que le arrancó el tren de aterrizaje principal y lo forzó a caer en la pista violentamente.

El vuelo 624 que provenía de Toronto (centro) con 133 pasajeros a bordo y cinco tripulantes se deslizó sobre su carlinga hasta que se detuvo en el aeropuerto de Halifax (este). De los 23 heridos que dejó el incidente, sólo uno permanecía hospitalizado el domingo en la noche. “Tuvieron mucha suerte”, dijo Daphne Booth, investigadora de la Oficina de Seguridad del Transporte (BST), estimando que el balance podría haber sido mucho más dramático.

FP PHOTO / HANDOUT / CANADA TRANSPORTATION SAFETY BOARD

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Este incidente en Canadá se presenta apenas cinco días después de que otra aeronave del mismo tipo se accidentara en Los Alpes franceses provocando la muerte de 150 ocupantes, entre ellos el copiloto que según las investigaciones preliminares deliberadamente realizó el mortal descenso hacia las montañas.

La violencia del impacto de este domingo, ocurrida a las 00H43 locales en Canadá (03H43 GMT), fue de tal magnitud que algunos pasajeros dijeron que pensaron que el aparato se había estrellado.

De acuerdo a Mike Cunningham, también investigador del BST, el avión descendió demasiado rápidamente cuando se aproximaba al aeropuerto de Halifax y tenía visibilidad reducida debido a la tormenta de nieve.

La nave “golpeó una red de antenas situadas 350 metros” antes del inicio de la pista de aterrizaje. El golpe causó “daños importantes al avión” y arrancó su tren de aterrizaje principal, explicó Cunningham en una conferencia de prensa.

Booth explicó que, después de chocar con las antenas, el avión rebotó en la pista y luego “se deslizó unos 300 metros” sobre la carlinga.

Uno de los dos motores fue totalmente arrancado del ala derecha del Airbus y estaba a una treintena de metros de la aeronave. El otro motor también quedó deañado, pero aún acoplado al ala izquierda. La nariz del aparato también se desarmó y los pasajeros tuvieron que ser evacuados por toboganes de seguridad.

Los investigadores del BST indicaron que las cajas negras del aparato fueron ya enviadas a un laboratorio del BST en Ottawa (centro).

Salvos, pero con frío:

El servicio local de meteorología había emitido una alerta sobre intensas nevadas que reducirían la visibilidad.

Tras haber descendido de la aeronave accidentada, la mayor parte de los pasajeros debieron aguardar en medio de la nieve antes de ser atendidos, y los heridos esperaron en los carros de bomberos. “Había varias personas ensangrentadas. Todas pudieron salir (del avión), pero lo peor es que nos dejaron fuera durante una hora en la nieve”, explicó Lianne Clark a la cadena de televisión canadiense CBC. Algunos pasajeros retornaban de vacaciones de México y estaban vestidos con ropa ligera.

Clark añadió que muchos de ellos se alejaron del aparato: “Había comenzado a derramarse combustible y sentíamos miedo”, contó.

Las autoridades aeroportuarias estimaron que el traslado de los pasajeros hacia la terminal insumió entre 15 y 20 minutos. La operación de rescate resultó complicada por la ruptura de la alimentación eléctrica, pero no se confirmó si este apagón estuvo vinculado al accidente. “No había corriente, no estamos seguros de que haya una relación” entre la salida del Airbus y el desperfecto eléctrico. “Tal vez la haya”, señaló el portavoz del aeropuerto, Peter Spurway.

En total 23 personas debieron ser hospitalizadas, algunas por fracturas o contusiones en el rostro tras haberse golpeado contra los asientos o contra otros pasajeros.

El aeropuerto retomó sus operaciones después de varias horas, pero con una sola pista y con retrasos en las llegadas y salidas.

La segunda pista debería permanecer cerrada varios días para permitir a los inspectores llevar a cabo sus investigaciones y a los equipos técnicos desalojar de ella por completo los restos del avión accidentado.

A partir del lunes, expertos franceses de la oficina de investigación de accidentes (BEA) y representantes del fabricante de Airbus asistirán en la pesquisa que realiza el BST, señaló Cunningham. (AFP)

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