“Aún estamos dentro”, el frente pro-clima en EEUU

Aún estamos dentro: con esta consigna más de mil gobernadores, alcaldes, empresas, inversores y universidades de Estados Unidos denunciaron el lunes el “grave error” del presidente Donald Trump de retirarse del Acuerdo de París y prometieron a la ONU luchar contra el calentamiento del planeta.

Paradójicamente, el anuncio de Trump parece haber alentado la voluntad de autoridades locales y empresas de luchar más que nunca para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y puede llevar a Estados Unidos a cumplir ampliamente o incluso a superar las promesas realizadas en 2015 en el Acuerdo de París sobre el clima, estiman expertos.


Chicago, junio 2, 2017. Scott Olson/Getty Images/AFP


En una iniciativa coordinada por el multimillonario Michael Bloomberg, actual enviado especial de la ONU para el clima y exalcalde de Nueva York, más de mil firmantes aseguraron en una carta abierta que seguirán “apoyando acciones por el clima para cumplir con lo prometido en el Acuerdo de París” por Estados Unidos, segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta, detrás de China.

La carta fue enviada al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y a la jefa para el clima de la organización, la mexicana Patricia Espinosa.

“En la ausencia de liderazgo de Washington, estados, ciudades, universidades y empresas que representan un porcentaje significante de la economía estadounidense buscarán metas ambiciosas por el clima, trabajando juntos en favor de acciones concretas y para asegurarse de que Estados Unidos siga siendo un líder global en la reducción de emisiones”, dice la carta.

Los signatarios de la misiva -entre ellos más de 100 alcaldes y gobernadores, pero también empresas como Google, Microsoft, Apple, Amazon, Nike o Adidas y cientos de universidades- subrayan que en Estados Unidos son las autoridades locales y las empresas las mayores responsables de una importante reducción de las emisiones, y que seguirán acelerando su lucha en los años venideros, sin importar lo que decida el gobierno federal.

De manera paralela, al menos 211 alcaldes han adoptado el Acuerdo de París para sus ciudades y 13 gobernadores estatales -demócratas y republicanos, liderados por California, Nueva York y Washington- se han integrado en una “Alianza por el Clima” para luchar contra el calentamiento del planeta. Un total de 17 gobernadores han difundido comunicados individuales que apoyan el Acuerdo de París.

Bloomberg había dicho el viernes pasado, día del anuncio de Trump, que donaría a la oficina de la ONU encargada de la lucha contra el cambio climático 15 millones de dólares, la misma cifra que el organismo dejará de percibir de Estados Unidos.

Estados Unidos prometió en París reducir para 2025 en 26% a 28% las emisiones de gases con efecto invernadero, consideradas culpables del calentamiento progresivo de la Tierra y por ende del derretimiento de glaciares y de picos nevados, que elevan el nivel de los mares y provocan eventos climáticos más violentos.

Efecto inverso


Asistimos a una reacción masiva a la decisión de Trump. Trump dio involuntariamente una aceleración a la reducción de gases de efecto invernadero: Steven Cohen, director ejecutivo del Earth Institute, especializado en el cambio climático en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Cohen piensa incluso que “Estados Unidos hará más que cumplir con sus compromisos de reducción: irá más allá”.

El experto recordó que muchos gobiernos locales y empresas ya estaban muy implicados en estos esfuerzos, sinónimo de “inversiones a largo plazo”.

“Estados Unidos ya comenzó a reducir sus emisiones más rápido de lo previsto”, dijo. “Los estados de California o Nueva York se vuelcan a las energías renovables y no veo por qué eso cambiaría, tiene sentido desde el punto de vista económico”, añadió.

Darren Rosenblum, profesor de Derecho Empresarial de la Universidad Pace, tampoco está sorprendido de que tantas empresas estadounidenses se coloquen en el campo de defensores del Acuerdo de París.

“El verdadero problema para las empresas estadounidenses es que con Estados Unidos siendo el único país fuera del Acuerdo (…) ya no serán más atractivas para los inversores” y “eso podría costarnos caro”, afirmó.

A diferencia de Cohen, Rosenblum no cree que Estados Unidos supere sus promesas de 2015 en París, pero cree que gracias a todos estos esfuerzos de gobiernos locales y empresas es bastante posible que “las cumpla ampliamente”. AFP


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